Había una vez un hombre que todo lo tenía salvo el sentimiento de plenitud, en esas que miró arriba y topó en Cantabria con la que podría ser una verdadera meta en su vida. Tras año y medio alejado de las oficinas y el mundanal ruido, se percató de que bastaba hermanarse con la sosegada naturaleza y cuidar de una especie en extinción para descubrir que hay mucha más -y mejor- vida de la que nos venden o nos quieren hacer creer que es la ideal.
Enrique Elena Viadero se dio cuenta entonces de que apenas nada tenía en su anterior vida, y era ahora, criando y conservando los cerca de 12.000 ejemplares que aún perduran de la vaca Tudanca, cuando por fin probaba bocado de la plenitud deseada. De eso y de una de las mejores carnes que jamás se hayan visto, traídas hasta nuestra mesa en forma de hamburguesa. Entrad y conoced por qué el Ganado de Anievas está llamado a destronar a cualquier hamburguesa suprema que hoy día tengáis en mente. Os ocurrirá como a Enrique; no habréis tocado el paraíso hasta que no hayáis probado el mundo de la carne Tudanca.
Con el O´haras como incomparable marco, periodistas y blogueros escuchamos atónitos la historia de Enrique, 'el madrileño loco'. |
Cuenta la tradición española que el toque de abuelas y madres en la cocina -no me vengáis con críticas machistas, hablo de la clásica estampa española al menos hasta hace una generación y media- que superaba incluso al restaurante más reputado no se debía a mejores ingredientes o utensilios, tampoco a recónditos secretos familiares, sino al amor. El cariño es el sabor que acaba conquistando nuestro paladar y es por ello que, como en casa, en ningún sitio. Es la única explicación a que nuestra cata de hamburguesas Tudanca en O´haras Irish Pub (del que en su día te hablamos, y muy bien, aquí) cambiase el discurso inicial de los periodistas y blogueros que allí nos dimos cita y, al término del evento, alzásemos a cualquiera de las 13 variedades a lo más alto del burgerranking.
Enrique disfrutaba cada palabra sobre su preciada ganadería y cotizado producto. Y nosotros con él. |
Incluso estando resfriado uno podría haber dado cuenta del olor de la hamburguesa a distancia; nada de "fritanga" ni aceites extraños (más que nada porque no es el estilo de O´haras); aquí huele a carnaza 100% cantábrica. Con el examen olfativo de sobresaliente, el visual no se quedaba atrás; tus ojos no perciben la clásica masa compacta de carne que coquetea con el artificio y la manipulación; no te preguntes por qué, pero sabrás que ante ti el producto no puede ser más natural y mejor tratado.
Así lucen las musculadas vacas Tudanca. Puedes imaginar cómo saben. |
No entraré a describir el cuidado que Ganado de Anievas tiene de sus vacas Tudanca, pero sí te diré que tal es la musculatura y características de ésta (véase la foto, ni mucho menos son vacas al uso, por algo se las conoce como "las vacas deportistas") que Enrique y los suyos logran conservar y transmitir todas sus cualidades a la mesa a base de monte, monte y más monte durante todo el año, trashumancia mediante para que la vaca siempre disfrute del mejor pasto. Y es justo eso lo que uno, al probarlas y cerrar durante un instante los ojos, ve: monte, pasto, vaca... naturaleza.
Una tras otra, siete de las trece especialidades desfilaron por la mesa y nuestro buche. A cual mejor. |
Es curioso como las obviedades, a veces, nos sorprenden... quizá porque aunque obvias no sean todo lo normales y comunes que deberían. La carne... ¡sabe a carne! SÓLO a carne, y por eso tu paladar descubre que había un mundo más allá del que nos presentaron. Como Enrique hizo cuando cambió el asfalto por verdes praderas.
Sobre las trece especialidades, no te alarmes; está desde la más pura y 100% carne de Tudanca (Cantabria) hasta la Liébana (paleta ibérica y queso manchego) donde la paleta casi engulle el sabor de la Tudanca, si bien es un placer que semejante sabor compita con el otro. No obstante, y me corrijo, la combinación de los ingredientes -por cierto, incrustados en la hamburguesa, formando todo un único cuerpo- está tan exquisitamente diseñada por el chef Miguel Ángel Mateos Robles que aquí no existe rivalidad de sabores, sino colaboración.
¿Cuál es tu favorita? |
Fue jugosamente divertido jugar a adivinar los ingredientes de cada especialidad; en ocasiones, muy difícil. Eso sí, todas estaban deliciosas. |
Podéis imaginar el resto; más de una docena de invitados jugando a adivinar qué ingredientes sobresalían en cada una de las hamburguesas catadas si bien el concurso fue dejando paso a los adjetivos a cual más positivo; sin duda un manjar para todo amante de la carne. Vegetarianos y veganos, ahora sí, no sabéis lo que os perdéis. Quedan un par de datos; dónde y cómo adquirirlas. Al igual que en Cantabria, donde por cierto todo restaurante que la sirve saca músculo y en su fachada anuncia a bombo y platillo que posee carne de Tudanca, en Madrid han decidido comenzar la penetración a través de la hostelería, siendo el O´haras el primer restaurante que apuesta por ello. No podía ser de otra forma tratándose de un irlandés que huye del tratamiento de dicho concepto que se hace en Madrid y propugna su "aquí se come... y se come bien". Y si se trata la carne con cariño desde la cuna, mejor aún.
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- En la variedad está el gusto: 13 especialidades si bien el O´haras comenzará con 6.
- ¿Recordáis el sabor a la brasa del que hablábamos sobre las hamburguesas de Alfredo´s? Aquí el sabor es naturaleza, pura carne. Dos conceptos, dos maravillas.
- La valentía de O´haras por apostar por la carne de Tudanca y Enrique por emprender tamaña aventura. Merecen recompensa.
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- Consulta todos los pormenores de la carne de Tudanca en www.ganadodenievas.com
- El O´haras está en Vía de las Dos Castillas, 23 y abre desde mediodía hast alas 3:30. Más info en www.oharas.es
Jesús Clemente Rubio