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Real Madrid 1 Villarreal 1: El amarillo siempre fue más alegre que el blanco

villarreal-gran-partido-real-madrid-cristianoArranca la noche con los campeones pisando el césped, y ni adelantamos acontecimientos ni hiperbolizamos en los piropos a los de Ancelotti; hablamos de los gigantes blancos. Tributo al deporte de las alturas en las que nunca se movió el Madrid, que registra un pico descendente desde finales de 2014. Cuando en un mismo terreno de juego un equipo más modesto como pueda ser el Villarreal exhibe su mejor versión -y van "taitantos" partidos" y uno todopoderoso sólo da unas cuantas pinceladas del arte que posee el resultado es parejo y, a la vez, engañoso. 1-1 para un voraz Villarreal y un Madrid sin hambre.


A los cinco minutos el Villarreal avisa por medio de Giovani: ellos también saben contraatacar o bien cambiar el ritmo de una jugada desde el centro del campo y, con tan solo dos pases mediante, disparar a puerta. En el 13 primer mano a mano que resuelve Casillas en primera instancia y, con él batido, apareció el guardián Carvajal para desviar a córner. Anoten otro dato: los guardametas -pues Asenjo detuvo todo salvo el penalti- fueron los mejores del partido, lo que da cuenta de que tanto peligro llevó como sufrió el Madrid.


El Bernabéu homenajeó a los recientes campeones de  la Copa del Rey de Baloncesto.
Pena máxima que llegó tras el despertar de Cristiano, empujado por un Carvajal que tras irse al suelo y perder la línea defensiva la recuperó con 40 metros de carrera y una buena dosis de arrojo. Tanta que pareció arrebatársela al resto del equipo: hasta entonces el partido habían sido idas blancas y venidas amarillas más soporíferas que rimbombantes. El portugués dribló a dos defensas, abrió pasillo a Bale a quién centró y éste, tras devolverla colgada al área, no encontró la cabeza de CR7 que jamás podía llegar siendo agarrado. Ni falló la pena máxima, ni tampoco en lo que se le exige a quien ha de coger las riendas cuando el carro del fútbol descarrila.

Carvajal cuajó otro gran partido y fue crucial en varias
jugadas del Villarreal.
Cierto es que el Madrid quiso y pudo matar el partido pero Asenjo lo protegió con sus guantes y casi con su vida, frenando al líder en varias de sus acometidas. Se olvidó el Madrid que tan crucial es acosar el área de los de Marcelino como defender la propia, pues enfrente está en un equipo que, como en el gol del empate, con dos puñales por banda y Gerard a toda vela iguala la contienda e incluso la inclina hacia el lado visitante.

Con la organización y pizarra favorables a Marcelino, quien acertó con los cambios -Vietto estuvo formidable-, brilló aún más la opacidad de Ancelotti, cuyo inexplicable cambio de Isco por Illarra -el malagueño volvió a ser genio y cerebro del equipo y, si alguien podía desequilibrar el partido, era él- y de Chicharito por Benzemá fue duramente castigado por el Bernabéu. Incluso el único cambio aceptado por la hinchada, la entrada de Jesé, enseguida pasó del amor al odio al comprobar que el delantero  canario está aún muy lejos de su estado de forma. Cristiano arengó al equipo con una tensión que olía a cabreo, viendo como la compañía de Kroos en el centro del campo a la hora de buscar enlaces entre líneas era  tan escasa como la presión sobre los rivales.

Cristiano cogió las riendas de un equipo sin
intensidad, pero no fue suficiente.
Apareció el Cristiano en modalidad Juan Palomo, Teresa de Calcuta y hasta Buddha. Es decir, el individual, el altruista y colectivo y hasta el líder espiritual. De nada sirvió un soberbio empuje y plausible voluntad de marcar con mención especial a un cabezazo de manual; él no se rendía pero el equipo caminaba cabizbajo por el campo desde hace rato. Prueba de ello los minutos finales, en los que ningún jugador miraba al marcador y todos se entretenían con pases horizontales en el centro del campo; el Madrid empató el partido pero perdió garra e intensidad, algo mucho más valioso que un punto que alimenta tanto como ninguno.

otiuMMenester

- Tras la victoria del Barcelona ante el Granada y el empate a cero del Atlético de Madrid con el Sevilla, la Liga está más ajustada que nunca, con culés y colchoneros a 2 y 4 puntos respectivamente.
-  El próximo partido del Real Madrid será ante el Bilbao en La Catedral.
- El Rayo se impuso 4-2 al Levante con Bueno marcando todos los goles de su equipo mientras que le Getafe cayó 3-2 ante un extraordinario Málaga.

Jesús Clemente Rubio