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Barcelona 2 - Real Madrid 1: El Real Madrid cae... pero se levanta

barcelona-2-real-madrid-1-lider-azulgranasGolpe de autoridad del Barcelona que resolvió una difícil -mucho más de lo esperado- papeleta ante el Real Madrid y deja a los blancos a 4 puntos con 27 aún en juego. Queda Liga, como demuestran los numerosos signos de recuperación de los de Ancelotti pero... "a veces el más vale tarde que nunca" no se aplica en el fútbol. Esperemos que el refranero pese más que el balón. Lo importante es que un partido atestado de faltas y amarillas ha brillado más por el fútbol, las idas y venidas y las ocasiones. "El Clásico" lo es por mérito propio. Barcelona 2-Real Madrid 1.


Cristiano muestra signos de recuperación... pero el tridente
BBC aún cojea.

Diferencias con el partido de la primera vuelta; el Madrid lo metía todo. Y he aquí la clave de un partido que arrancó con el Barcelona asediando al Real sin encontrar los tres palos; más ellos no encontraban el balón. Para cuando lo hicieron, aparece el fantasma del balón parado y de él asoma la cabeza rosada de Mathieu para hundir el balón en las mallas y la moral de los madridistas. Pero el cuadro de Ancelotti no se rindió, ni mucho menos; cogió el balón, lo movió con fluidez, rapidez, sentido -siempre vertical- y buen criterio; y con Kroos sin dejar pasar una y Benzemá impecable, tiene lugar el taconazo de los dioses sutil, dosificado, justo para que Cristiano llegue con todo y en portentosa estirada iguale la contienda. El Barcelona está herido y hasta el final de la primera mitad sangra, dejando un rastro imborrable hasta el pitido de Lahoz, al que le faltó amonestar al público. Gradas y banquillo recordaban uñas en boca la ida en la que del posible 0-2 terminaron en un 3-1 para los blancos. 



Kroos, junto a Benzemá, fue pieza
fundamental del Real Madrid.
Pero como decía en el párrafo inicial, aquel era otro Madrid. Un reflejo el de hoy, pero no el original... pues de aquella apisonadora sólo Benzemá estuvo hoy tan fino como entonces. Bale ni siquiera lo jugó, pero es que hoy más de uno habría jurado que tampoco estaba. Modric y Carvajal han elegido el peor partido para perder balones, errar pases y, como el Metro en época de obras, llegar siempre tarde; Ramos tampoco enseñará este encuentro a sus hijos. Y con todo, los últimos 12 minutos de la primera mitad han sido de aplauso no sólo por la labor del Real Madrid, sino por el atrevimiento y resistencia del Barcelona. En la segunda, Suárez mostró con hechos lo explicado con palabras; tiene una, y una que, contra todo pronóstico y demérito de Casillas, va dentro. Entonces afloraron las diferencias más significativas, con el Real Madrid de nuevo estancado y sin las ideas claras, aunque con sensaciones eternamente mejores que las del resto de 2015. El "sin" más pesado, por contra, es el banquillo: Ancelotti no tiene recambios. Por eso sentar a un Isco cansado y con amarilla podría traer frescura, salvo si el recambio es el hermano perezoso y juguetón de Jesé, que parece entretenerse escondiéndose del balón.

Hoy todos se marchan subidos: el Madrid con la cabeza bien alta por apreciar los primeros brotes verdes y el Barcelona con ella baja, mirando al resto de rivales desde el trono que lidera en solitario y con una ventaja de 4 puntos como poco. Ojalá pase el Real Madrid en Champions, y perdónenme los del Atlético, pero quiero más Clásicos así porque quiero un Barcelona atrevido y vertical -salvo algún ramalazo de toque- y un Real Madrid motivado y despertado por el eterno rival.
Jesús Clemente Rubio