El día en que la capital de Portugal no fue Lisboa; el día en que, al mismo tiempo, una ciudad iba a ganar y perder la Champions; el día en que el Real Madrid se jugaba estrenar las decenas y el Atlético de Madrid las unidades, llegó. La más mágica de las noches europeas, la que provocó el desplazamiento de 120.000 españoles a Lisboa, la que culminó como las películas memorables, con sorprendentes giros que terminan en tragedia para algunos, en el perfecto remate para otros.
Señoras y señores, el fútbol mayúsculo esta noche fue madrileño, y como otrora nos sentimos privilegiados por vivir una cadena de triunfos de la Selección, hoy colchoneros y merengues -todos con la cabeza bien alta- pueden presumir de haber vivido de una manera u otra el acontecimiento futbolístico más importante de la capital en los dos siglos de historia de este bendito deporte. Por si aún importa el resultado, hablaré de una gran temporada del que perdió, de un indiscutible reinado europeo del que ganó. España 2 (goles de Real Madrid y Atlético de Madrid) - Europa 0.
La previa
Las primeras dos líneas de toda crónica deportiva, como mucho, son las destinadas a albergar los prolegómenos del partido. Aquí dedico el párrafo inicial del cuerpo si bien merece un reportaje, porque salvo la salida del estadio -un tumulto por una sola puerta que, en caso de registrar problemas, otro gallo hubiera cantado- la organización de la UEFA estuvo impecable y la muestra del poderío del organismo europeo fue la ceremonia. Pitidos y aplausos para Figo, ambas aficiones tuvieron que rendirse después a la espectacular puesta en escena de centenares de efectivos ataviados con diferentes vestimentas que jugaron con los mosaicos y con la épica batalla madrileña entre Real Madrid y Atlético de Madrid.
Estadio precioso, organización exquisita, aficiones inigualables. De las mejores finales de Champions que se recuerdan. |
En esas comenzó a erigirse en la grada oeste el ansiado tesoro, la Copa de Europa, a cuyos pies se posaron ambos escudos a la vez que ambas aficiones exhibían músculo, colores y lema -"Nuestra forma de vida" en el caso rojiblanco; "Hasta el final, vamos Real" en el caso madridista-. Aprovecho para ensalzar la nobleza y comportamiento de ambas aficiones durante todo el partido: hola de nuevo a la inquebrantable afición atlética y bienvenido el público del Bernabéu de Champions, ese que sabe hacer algo más que quejarse por cada movimiento de sus jugadores y ser un "apoyabarras" de tres al cuarto.
La ceremonia de clausura de la Champions estuvo fantástica. |
La crónica: Derbi regional, nacional y europeo
Y el balón comenzó a rodar. Con Modric apareciendo mucho, el Madrid respiraba tranquilo; iba a tener centro del campo. No contaron con que esta vez la última línea era la que no iba a estar fina y, pese a un más que buen arranque blanco y renqueante atlético, los guantes de Courtois seguían tan impolutos como los de Casillas. Cholo fue en otra vida fontanero, y sabe bien como desatascar un partido que durante unos minutos no estaba a la altura de los más de 60.000 espectadores que atestaban las gradas; a balón parado.
Lo que el Barça es al toque y el Madrid a la verticalidad y el contragolpe, el Atlético lo es a las jugadas de estrategia, córner y similares. Todo hincha lo sabía y por eso en el córner del minuto 36 el fondo rojiblanco desgastaba suelas y palmas en las gradas y el blanco se comía hasta el banderín de la final. Hubo despeje, pero la escena se repetía, pues segundas partes nunca fueron buenas viniendo del Atlético. Así que el nuevo centro al área blanca terminó con Godín rematando flojo y forzado... pero dentro. Porque allí ya no quedaba nadie para custodiar la casa blanca. Su guardián había avanzado tantos metros para asomarse al abismo que, aunque no cayó, cuando quiso volver se le habían colado. San Iker tiene un fallo cada 100 balones. Se ve que este balón era el número 100, que distanciaba otro número, el 10, la Décima. Y acercaba la primera de la Historia del atlético.
El error de Iker propició el primer y único tanto rojiblanco. |
Atlético 'de Chelsea'
Demasiada calma pidió Simeone a sus jugadores. Tanta que dejaron escapar la sentencia. |
Hay a quienes se les da bien la pintura, a otros la escultura... y el Madrid es el Miguel Ángel del fútbol europeo. Como el extraordinario artista, no se congratula o desespera por el durante de la obra, pues sabe que todo es un boceto hasta la última pincelada. De esa manera progresó el conjunto blanco: durante los segundos 45 minutos golpeó a brochazo limpio el lienzo rojiblanco, con un Bale muy fallón, un Benzemá inerte y un CR7 a ralentí. El Real atacaba tanto pero con tan poco tino que el que más brillaba era un tal Carvajal, "El Inexpugnable", que corría, recuperaba, centraba, doblaba por la banda derecha, perdía y subsanaba el error de inmediato... muy poca tinta se ha dedicado al llamado a ser, con permiso de Azpilicueta, lateral derecho de la Selección. Ancelotti, el otro gran tapado de la temporada, dio un puñetazo sobre la mesa donde esperaba su pizarra, y cambió la brocha gorda por el pincel fino: Isco, Marcelo y Morata despedían a un Kedhira fuera de forma, un Benzemá desaparecido y un Coentrao correcto como lateral, escaso como carrilero.
El acoso del Fideo
Di María, mejor jugador del partido, apuñaló el costado izquierdo del Atleti. |
He vivido lo suficiente como para saber que en unos minutos el signo de un partido puede cambiar radicalmente. El Madrid, como el Atleti si se hubiese dado la circunstancia adversa, es capaz de todo. Todos no son capaces de abanderar la fe hasta los últimos instantes del descuento y, con ella, igualar una contienda que los "compepipas" daban por perdida a la vez que abandonaban las gradas antes de tiempo y farfullando sobre el equipo de Chamartín. Uno de ellos oyó un griterío "será una jugada polémica", pensó. Pero la curiosidad mató al gato y premió al humano.
Al asomarse nuestro querido comepipas, vio rostros desencajados, exultantes, la apoteósis que sólo un deporte tan maravilloso como el fútbol puede lograr: Sergio Ramos había subido del Madrid al cielo para, desde ahí, empujar con la cabeza el balón al único sitio que ese jugador de baloncesto vestido de portero no podía llegar. El Atlético frenaba las acometidas de la ofensiva merengue pero se olvidaba que el mejor defensa es también un gran atacante. Ramos es la artillería pesada del Real Madrid, la que derribó la puerta del castillo. Una vez dentro, la masacre haría correr ríos de tinta roja... y blanca.
Ramos entró con todo y nada pudo hacer Courtois. Desde el mismo instante en que remata uno puede adivinar el gol. |
Usar o perder la cabeza
Usando la cabeza el Madrid se puso por delante en la final. |
Provovación, exceso o, simplemente, celebración. CR7 marcó su 17º gol en esta Champions. |
Otro punto de vista del alzamiento del trofeo. Fotografía del genial Alejandro Rozas. |
La sorpresa de los jugadores para Ancelotti durante la rueda de prensa. ¿Sabíais que otiuMMadrid también preguntó al técnico? |
otiuMMaximus
- El comportamiento de ambas aficiones, así como la temporada de nuestros equipos de la capital, IMPECABLE.
- Ancelotti consiguió su tercera Copa de Europa como técnico, quinta sin contamos las que logró como jugador.
- La celebración en el Santiago Bernabéu tendrá lugar mañana a partir de las 21:30 horas.
Jesús Clemente Rubio