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"Los hombres son de Marte y las mujeres de Venus" y "Cuando fuimos dos": El amor une más de lo que separa



Siempre he dicho que sólo hay una forma de amor: la incondicional. La que está por encima de la razón pero, a su vez, es lógicamente pasional y explosiva. La que no entiende de defectos hacia quien se siente y, sin embargo, convive en armonía con ellos, aceptándolos, matizándolos -como cuando vemos más guapo de lo que es a un amigo feo por aquello de la amistad-. Pero una y otra vez el mundo me responde que no, que formas de amar hay muchas, tantas como personas, tantas como géneros. Y de ello tratan dos de las obras más prometedoras de la cartelera del grupo Smedia: "Cuando fuimos dos" y "Los hombres son de Marte y las mujeres de Venus".

Sobran las palabras para el aclamado libro adaptado al teatro por el francés Paul Dewandre, aunque nunca viene mal un refresco. Que los marcianos descubriesen a las venusianas hace millones de años y se trasladasen a su planeta para descubrir el amor es el ideal que se vio interrumpido por su siguiente decisión: trasladarse con ellas a la Tierra. 
No te lamentes por ello: acepta
que los hombres y las mujeres
somos diferentes.
Entonces la amnesia se apoderó de ambos, les hizo olvidar que una vez fueron diferentes, y ahora, en una vana búsqueda de sentimientos equitativos y formas de actuar similares, se tiran los trastos a la cabeza. Lo que comienza con un hilarante argumento y que se desarrolla a base de relatos que se jactan de las particularidades de cada género, termina por obligarnos a no mirar más allá de nuestro ombligo y encontrar en nosotros lo que nos diferencia del resto de personas y, no necesariamente, ha de distanciarnos.


Es un viaje en el que la ida atraviesa los años luz que separan a algunas parejas para terminar ensalzando unas diferencias que parecen casi insalvables. La vuelta las desenmascara, mostrándolas como son: aspectos diversos de personas diversas. No entiende de género. Por eso, cuando finalicemos el recorrido, miraremos al resto de la gente con los ojos del entendimiento. Y, de paso, quién sabe, habremos salvado nuestro matrimonio. La batuta de Nancho Novo y el texto adaptado por Paco Mir, por si no hubieras leído ya suficiente, rematan una obra garante de satisfacción.

Todas las fases del amor tienen cabida
en 'Cuando fuimos dos'.
"Cuando fuimos dos" desgarra la generalización de la anterior obra. Parte del colectivo, una historia de amor surgida de la cama, para ahondar en las individualidades de la pareja formada por César y Eloy. Para asomarse a sus individuos, que ponen en riesgo la pareja. Infidelidades, posturas sobre diversos y conocidos temas, verdades absolutas, verdades relativas... En lo bueno y en lo malo encontraremos un espejo en el que se reflejarán momentos puntuales de alguna relación nuestra, actual o pasada, y lejos de revolvernos las entrañas y poner de patas arribas nuestros sentimientos, nos reconciliará con nosotros mismos a sabiendas de que, aunque nos empeñamos en hacer las cosas más difíciles y ser únicos, el amor es sencillo y cosa de todos.

Por cierto, se me olvidaba decir que la base de la obra, como habéis podido deducir por los nombres de los protagonistas, es una pareja homosexual. Y hasta aquí la alusión a este hecho pues, por fin, un director (Quino Falero) y un autor (Fernando J. López) demuestran que esas cuatro letras relacionadas con el corazón en nada varían hablemos de hombres y mujeres, hombres y hombres, mujeres y mujeres. El amor, amor es.


otiuMMaximus
- Felipe Andrés y David Tortosa están geniales en "Cuando fuimos dos".
- Percatarse de que el amor une más de lo que separa.
- Variedad y, por tanto, gusto de la cartelera de Smedia.

otiuMMenester

-¿Dónde? Teatro Fígaro. Calle Doctor Cortezo, 5 (Los hombres son de marte...) y Teatro Infanta Isabel. Calle Barquillo, 24 (Cuando fuimos dos)

-¿Cuándo? M y X a las 20:30 horas. De J a S a las 22 horas y D a las 20 horas (Los hombres..., hasta el 22 de diciembre) y V a las 23 horas (Cuando fuimos dos).
-¿Cómo? Metro varias líneas (Tirso Molina y Puerta del Sol) para Teatro Fígaro. En coche, trata de aparcar en la misma calle, colindantes o parking subterráneo. En el caso del Teatro Infanta Isabel, Metro L5 (Chueca) o intentar aparcar en la misma calle y colindantes. A esas horas, quizá un poco antes, suele haber movimiento.
-¿Cuánto? Desde 18 (Los hombres son de Marte...) y 16 euros (Cuando fuimos dos).

Jesús Clemente Rubio