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'La mirada del amor': El amor no entiende de segundas partes


Todos los días muere gente. Y con ellos se va una parte de los que quedamos aquí. Para Nikki (Annette Benning), casi todo se fue con su marido (Ed Harris) al otro barrio. Cinco años lleva sin levantar cabeza, rechazando al eterno pretendiente porque no es su tipo. Ni nadie. Su tipo era su marido, y por eso es también la única persona que podría devolver mariposas al estomago. O alguien idéntico, literalmente. Un profesor universitario de arte (Ed Harris otra vez) lo será y el destino cruzará ambos. Todos tenemos un doble. Lo dice la película, nos lo dicen Hilario pino y Bruce Willis (se dan un aire, ¿no?) y también ese chico o chica con el que nos confunden. Lo complicado es coincidir en espacio y tiempo con tu símil, y para fortuna de Nikki, en su vida aparecerá, un lustro después, un hombre clavado físicamente a su marido. Agradeciendo la segunda oportunidad que le da el amor, enseguida se embarca en un viaje de redescubrimiento y reconquista del hombre que le recuerda al que una vez fue su marido. Sólo que éste, a pesar del parecido, es otra persona. 

Ed Harris se luce en su doble papel de marido soñado.


Una buena persona que no se explica algunos comportamientos de Nikki y que tarde o temprano, impulsados por las reacciones de su vecino e hija, saldrán a luz. Ni qué decir tiene que la fotografía es tremendamente bella, el trabajo de Benning y Harris brilla casi tanto como la batuta de Arie Posin... Incluso Robin Williams borda el papel de vecino que espera su oportunidad en la sombra. Pero en esta película la segunda oportunidad la tiene, muy a pesar del personaje de Williams, una mujer que la confunde con una segunda parte. Y ya se sabe que éstas nunca fueron buenas. 


Se quejó hace poco de los papeles poco realistas que le dan, pero ello no impide
que Benning se esfuerce al máximo en cada interpretación.
Es una historia bien conocida, así que aviso para asiduos del desamor: el film es toda una lección del mayor error que cometemos tras la pérdida de un ser amado, sean cuales sean las circunstancias, y es buscar en el (los) siguientes el sustituto perfecto... sin dar una oportunidad a enamorarnos del imperfecto que venga. Nunca será como el anterior, por lo que tampoco mejor, ni peor. No llenara tus huecos, ni reemplazara recuerdos, simplemente creará otros y potenciará otras necesidades. Lo diferente no ha de ser peor. Es  más, es una nueva y flamante oportunidad así que exprímela con fuerza, pues la vida no siempre es tan condescendiente.


otiuMMaximus


- Uno de los mejores finales de la cartelera de 2013. Los avispados lo entenderan en toda su dimension.

- Ed Harris es, por partida doble, el marido soñado.

- La fotografía.


otiuMMenester


- Estreno mañana 25 de octubre. 


- Ojo que se avecina otra similar sobre un matrimonio maduro "Le Week-End (El fin de semana)" que trata de renovar su amor volviendo al París en el que se enamoraron. Promete.


Jesús Clemente Rubio