Niñas gritando hasta desgañitarse, lágrimas, desmayos, es...Justin Bieber. Se trata de una patología diagnosticada, conocida como fenómeno
fan, pero en ningún caso penséis que nació con éste u otros productos de usar y
tirar de la industria musical.
Frank Sinatra hizo surgir el concepto de fanática musical
que, abreviado, se quedó en fan… pero los cuatro fantásticos, no los del cómic
sino los del escenario, The Beatles, se encargaron de difundir la fiebre por
todo el mundo y llevarla a su punto más álgido.
Quizá porque es la fundación privada sin ánimo de lucro más antigua de Europa, la Fundación Carlos de Amberes recuerda muy bien la epidemia Beatle y cómo ésta logró incluso esquivar la censura del régimen franquista, allá por 1965. Medio siglo dejando roncas a mujeres de varias generaciones, llenando las discotecas familiares, copando en hasta diez puestos los top musicales con sus canciones… 50 años de beatlemanía.
Paul,. George, Ringo y John decoran cada rincón de la muestra. |
La Carlos de Amberes siempre ha destacado por su recreación del
entorno en cada una de las muestras, pero en este caso se luce: sus casi 300
metros cuadrados dividen la exposición en tres estancias que albergan cientos
de vinilos originales, partituras, instrumentos y réplicas de los mismos y un
sinfín de objetos procedentes de la colección particular de Carlos Chardí, en adelante el "Beatle español". No obstante, llegó a tocar con aquél primer grupo que
con tan sólo 15 años formó John Lennon y al que más tarde ingresarían Paul McCartney y George Harrison; The
Quarrymen.
Además del origen de la muestra, absolutamente particular,
destacan otros dos rasgos que la convierte en inédita y obligatoria,
respectivamente: inédita porque aquél informativo del régimen conocido como
NO-DO tan sólo emitió 2 de los 37 minutos que se rodaron sobre su visita a España… y por primera vez se muestran íntegramente.
Más allá de la afinidad
que uno tenga con el cuarteto de Liverpool, resulta muy atractivo asomarse a la
década de los 60 en España y percibir la alegría más que contenida del público
español, la escasa asistencia de éste debido al precio de las entradas y a los
esfuerzos de las autoridades por “tapar” la visita e influencia Beatle, etc.
Todo ello proyectado en un televisor gigante que, bajo la atenta mirada del
imponente Rubens que preside la sala principal de la fundación, “El Martirio de
San Andrés”.
"El martirio de San Andrés" preside la fundación y antigua iglesia. |
Obligatoria, porque la inclusión de talleres infantiles
iniciados en la verja roja que daba entrada al orfanato descrito en la canción Strawberry Fields conduce a los niños al
mágico y colorido mundo con el que los Fab
Four dotaron a discos como Magical
Mistery Tour o Yellow Submarine.
El sueño de todo padre es hacer partícipe a su hijo de las diversiones y gustos
de cuándo él también fue sólo hijo, pero siempre se cae en la trampa de una
aburrida nostalgia.
La Fundación Carlos de Amberes sortea este riesgo diseñando un
plan familiar en el que unos recrean y otros descubrimos cómo se vivía en
nuestro país por aquél entonces, cómo los últimos coletazos de la autarquía no
fueron capaces de frenar a cuatro veinteañeros de pelo “a tazón” cuya música
amansó a la feroz censura. Esa fue y es
la magia de la Beatlemanía: no entiende de política, raza, clases ni edad; su
único lenguaje es la música y su profeta, el fan.
otiuMMaximus:
- Los requisitos que puso el régimen a los Beatles para su visita a España.
- La foto en el famoso paseo de cebra de Abbey Road.
- La imponente sala central de la fundación, con o sin Beatlemanía.
oituMMenester:
- ¿Dónde? Cludio Coello, 99. 28006, Madrid. 914 352 201. fca@fcamberes.org
- ¿Cuándo? M-S 11 a 20:30 y D de 11 a 15 (visita guiada reservando J y V 17 y 19, talleres infantiles los fines de semana)
-¿Cuánto? 5 euros entrada principal, 3 euros reducida (mayores de 65 años y estudiantes acreditados) y gratis para menores de 13 años y parados (presentar cartilla).
- ¿Cómo? En Metro, líneas 5 y 9 paradas Rubén Darío o Nuñez de Balboa. En coche, de L a J puedes aparcar en la misma calle (zona verde) y colindantes (zona azul).
Jesús Clemente Rubio