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Un, dos, tres... magia en los ojos de tu hijo

 

Javi Rufo se coló en todos los hogares con una estupenda e inolvidable participación en un talent show televisivo. Su tributo al "no se puede hacer más lento" de René Lavand a todos conquistó, público, jurado y espectadores. Pero este versátil mago ya era mucho más antes y es mucho más después de su paso por la pequeña pantalla. Es veloz con las manos y la lengua, variado en su puesta en escena y capaz de adaptar el lenguaje artístico al público adulto así como al más infante. Aunque, por cierto y de manera inédita, algún empleado del teatro nos dijera -recriminase más bien- que una niña de casi 4 años era demasiado pequeña para el espectáculo, pese al "a partir de 3 años" que figura en algunos puntos de venta del teatro, pese a que la niña en cuestión, dolor de barriga mediante, estuviera pegada  a la butaca el 80% de la obra. Rufo fue el doctor y su magia la medicina y si es capaz de lograr eso con semejante y específico público, creednos, es capaz de "sanar" a cualquiera por muy mal día que tenga. 1, 2, 3... ¡magia!

Ya en su vídeo introductorio Javi Rufo deja claro que su show contendrá múltiples lenguajes y variadas maneras de transmitir, mostrar y deleitar con magia. Bolas y bolas que salen de la nada, un vídeo en el que nos cuenta por qué se subió a un escenario y, a partir de ahí, mucho texto, pocos números y un trabajado grado de interacción, algo perfecto para enganchar a los más pequeños. Como buen mago para todo tiene salidas y da igual el perfil infantil al que se enfrente; Rufo sabe llevarlos a su terreno, integrarlos en el espectáculo y resultar siempre en aplauso para invitado al escenario y artista. Aplíquese lo mismo a los participantes adultos que, si bien pusieron muchísimo de su parte y dejaron las vergüenzas en casa, fueron siempre manejados con destreza y gracia por Javi Rufo (el número de las manos es buenísimo).

Sin olvidar que "Un, dos, tres... magia" encuentra en el Pequeño Teatro Gran Vía un aliado perfecto para crear esa atmósfera de cercanía y complicidad entre platea y tarima, de ahí que sea tan importante la obra como el recinto.

En definitiva y sin ánimo de destripar, que nos encantaría, más repertorio de este prometedor mago, 1, 2, 3, magia (sí, ahora cambiamos a números, así son los magos ;) ) supone uno de esos momentos en familia que luego serán comentados en casa y creará una mayor comunión entre hijos y padres. La magia como vínculo familiar.


Más información en https://gruposmedia.com/pequeno-teatro-gran-via/1-2-3-magia/


Jesús Clemente Rubio