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J4 Real Madrid 3 - Levante 2: Casi perfecto, casi un desastre

Doblete de Benzemá. Victoria del Madrid para acceder a la zona noble de la tabla. Buena entrada en el Bernabéu pese al temporal. Y pese a todo, caras largas al final del partido. Porque desplegar un potente juego ofensivo y un vistoso movimiento del balón en la línea del centro del campo no es suficiente. Porque irse al descanso con 3-0 y terminar pidiendo la hora sería un mal menor para cualquier otro equipo si al final se logra el +3, pero en el Madrid no se perdona. Tampoco es para correr y hablar de crisis o de un malísimo momento, sin duda la tendencia es positiva, pero la línea ha de seguir siendo ascendente hasta llegar al punto deseado. Ése en el que, dice Zidane, la defensa también funcionará.

 Porque estratégicamente y desde el punto de vista de la organización, la defensa fue un caos, un desastre. Demasiado individualista en las acciones pero en ésta más que en ninguna otra línea el talento individual siempre ha de ir supeditado al grupal porque, en caso contrario, un extremo rápido, un delantero que “huelga la sangre”, pueden hacer pupa. Y a punto estuvieron de hacerlo en el segundo tiempo con sendos goles procedentes de, bien errores no forzados que dirían en el tenis, bien de no terminar de dar el “patadón” que pidió Zidane en partidos anteriores. 

Antes, una verdadera obra de arte la que pudieron ver los espectadores con Kross serio, James omnipresente y tremendamente jugón y Benzemá combinando todo adjetivo positivo. Abrió juego, inició acciones, y finalizó hasta en dos ocasiones primero con testa a pase templado de Carvajal y luego rematando donde el portero nunca habría llegado. Lástima que el VAR le arrebatase un pase que dejaba sólo al compañero para sumar asistencia también. Pero el francés es más crack y delantero que nunca, gusta de ayudar al equipo pero igualmente de liderarlo y llevarlo a la victoria, un papel que nunca se creyó a la sombra de Ronaldo y que no quiso hacerlo el pasado año.

El tercer tanto del Madrid es de los que aúnan lo mejor de la mejor cara que hemos visto de Madrid y Barcelona. El contragolpe y verticalidad del primero con el toque y la técnica del segundo en aras de dibujar una perfecta jugada que comienza con recuperación de James y pase al hueco para que Vinicius Jr. sirviese en bandeja a Casemiro. De manual y escuela de entrenadores para gusto y disfrute de todos los merengues.

Después, el despiste, la falta de concentración y colocación, la defensa. Y los sustos hasta el pitido final. Ya se quemó el Real Madrid en pasadas jornadas y a punto estuvo de hacerlo en ésta… veremos si en Francia guardan las cerillas. Y si no, siempre les salvará el marcar más goles de los que encaje, una filosofía que le valió al Barcelona el año pasado el título liguero.

Jesús Clemente Rubio