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Camino del Cid I, Ruta del Destierro: Conviértete en leyenda emulando al Cid

informacion-camino-del-cid-como-hacerlo-donde-pasaMucho se ha escrito, escribe y cuenta sobre el Camino de Santiago. Sus múltiples vertientes, su marcado origen y carácter religioso que ha trascendido de lo metafísico a lo banal ha logrado reunir en unos cuantos cientos de kilómetros a peregrinos de todo el mundo abanderando aquello de "lo que importa no es el destino, sino el viaje; el camino". Sin embargo, existe otro camino más desconocido que el primero pero que en el último lustro ha crecido vertiginosamente apoyado por las diputaciones de los lugares que recorre y sustentado por un origen más universal y hermoso si cabe que el de Santiago: el Camino del Cid. Una genial pluma recogió una detallada y única descripción de Don Rodrigo Díaz de Vivar, a caballo entre la leyenda y la Historia, en una extraordinaria sucesión de palabras que olvidó firmar. Forma parte de la leyenda, descubre, escribe y comienza a correr la voz de que hay otro camino que se sumerge en la mejor literatura y uno de los más grandes héroes españoles de todos los tiempos. Sigue las huellas del Cid Campeador.

La Vid es uno de la larga lista de municipios colindantes al
Camino del Cid que merece la pena visitar.

El anonimato en la autoría del Cantar de Mío Cid elevó aún más su grandeza, que abarca tantas fases y etapas como territorio español y que alimenta y engorda con cada hazaña la leyenda de Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador. Cuando descubrí que existen rutas y etapas que conforman el camino que el aventurero Rodrigo tuvo a bien recorrer Tizona en mano y a lomos de Babieca me enorgullecí de que por fin los españoles sacásemos pecho por nuestra Historia aun salpicada de leyenda. Ni siquiera el Camino de Santiago luce tanto su origen, desarrollo y experiencia como lo hace el Camino del Cid y deja a los peregrinos que se encarguen de moldear y diseñar las historias que rodean a tan venerada vivencia.

El trabajo de las diputaciones participantes es digno de aplauso; no sólo favorecen el turismo y
el desarrollo cultural español, sino que aumentan también el número de visitantes en los pueblos colindantes.
 En cambio, las diputaciones de Burgos, Soria, Guadalajara, Zaragoza, Teruel, Castellón, Valencia y Alicante han sabido aunar esfuerzos y trabajar juntos para desempolvar las huellas del Cid y rendirlas tributo a través de rutas y etapas escrupulosamente respetuosas con la cronología del Camino del Cid y que, de paso, aprovechan para dar cuenta de las bondades de los territorios que conforman el país más variado y bonito de cuantos existen: España. 
Los folletos cuentan con
todo lujo de detalles
informativos y logísticos.

Sin caer en pomposas y aburridas descripciones que invitan a visitar rincones de grandeza inventada o exagerada, los completos folletos de cada ruta -en estas líneas analizaremos los primeros pasos de la Ruta del Destierro- recogen con acierto un compendio de los territorios ligados al Cantar de Mío Cid correspondientes a la etapa en cuestión, mencionando todas las localidades y ahondando en mayor o menor medida en las virtudes de cada unaLa información práctica es igualmente eficiente y clara: Burgos, Soria y Guadalajara ocupan la Ruta del Destierro, comprendiendo 286 kilómetros de senderismo para los que se recomiendan 15 días a pie o 5 en bici. Por carretera, sin embargo, la distancia se amplía a 378 kilómetros, para los que 4 días en coche o 5 en el caso de los cicloturistas serán suficientes. En cuatro líneas sabemos el cómo y el cuánto, por lo que nuestra más sincera enhorabuena a los responsables de diseñar los folletos explicativos. 

El salvoconducto registrará a través de sellos
nuestro itinerario y paradas elegidas.
Respecto del qué, como ya hemos dicho cada municipio que pisaron los cascos de Babieca aparece mencionado junto a su punto kilómetro, información sobre alojamientos, descripción turística así como la relación que posee con El Cantar. Por tanto y para que os despreocupéis de toda cuestión logística o informativa: el detalle es abundante y la información sublime, por lo que cada folleto satisfará con creces vuestras demandas en dichas cuestiones. Si añadimos una aplicación para móviles tan completa como la página web y las publicaciones físicas, la experiencia es total en ámbitos analógica y digital. El otro gran protagonista tendrá sólo réplica física: el salvoconducto. La cartilla en la que recoger sellos mediante el progreso de nuestras particulares hazañas visitando los puntos de sellado de cada municipio, también debidamente señalizados; criticable es, sin embargo, que en ciertos minúsculos municipios, en determinadas horas del día o bien festividades, uno no logre dar con sello alguno en todo el pueblo, como nos ocurrió un domingo en Peñaranda de Duero. Mal minúsculo en términos globales pero que conviene recordar para alertar al usuario y también al propietario del establecimiento de sellado.

Vivar del Cid rezuma Cantar de Mio Cid en cada esquina
y a golpe de tributos a Rodrigo Díaz de Vivar.
Metidos de lleno en faena, arrancamos en Vivar del Cid. Como digo, basta con visitar algunos municipios -por supuesto no todos- de los que componen cada ruta, pero consideramos menester empezar donde todo comenzó. El silencio y la soledad -que no desolación- copan unas calles escoltadas por las tradicionales y pequeñas casas rurales, entre las que el padre de Rodrigo poseía propiedades, además de varios molinos harineros. Con suerte te cruzarás con alguno de sus 261 habitantes, lo cual favorece que incluso los menos imaginativos sean capaces de ver al Cid acompañado de su hueste, sesenta caballeros, camino del destierro y enjugándose las lágrimas por ser expulsado de Vivar amén de unas cuantas calumnias y conspiraciones. Es Vivar del Cid, por tanto, la cumbre de la parafernalia que rodea al Camino del Cid, origen de obra y experiencia, punto de partida de El Cantar de Mio Cid, sus lectores y peregrinos. El monumento al legendario héroe gana enteros cuando es golpeado lateralmente por los rayos de sol, y con la cabeza el Cid nos indica el que fuera mejor punto de sellado de todo el Camino: el Mesón El Molino del Cid. 

En el Convento de Nuestra Señora del Espino residió el Cantar
de Mio Cid durante varios siglos.
Hoy cerrado, allí marchamos mirando de reojo primero y deteniéndonos casi por intuición en el Convento de Nuestra Señora del Espino, para enterarnos de que fue en este lugar donde se conservó el Cantar de Mio Cid hasta que se trasladó a la Biblioteca Nacional. Una oda a la amistad preside el relieve que reproduce las etapas del Camino, situado todo ello enfrente del mesón. Justo cuando lamentábamos nuestro infortunio por no estar abierto este punto de sellado y posábamos para la fotografía con la Legua cero, apareció Javier Alonso, quien durante casi medio siglo coparió, impulsó, consolidó y mantuvo cuanto es hoy el camino. 


Cortesía de Javier Alonso, Tizona 'posando' en
la Legua 0.
De infinito conocimiento sobre contexto y contenido de El Cantar y verdadera pasión por la figura del Cid, Javier nos relató las mil y una historias y anécdotas que rodearon al mesón como testigo atemporal de camino y peregrinos. Y nos premió con una exhibición de una réplica de Tizona rematando una primera jornada repleta de improvisadas situaciones e imborrables sensaciones. Para que entendáis a qué me refiero, con más "Javieres" y "Caminos" del Cid, España crecería imparable a golpe de comunidad, unión, pasión y respeto por la Historia.

La zona en la que se ubica el Mesón 'El Molino del Cid' es de obligada visita.
Las calles y castillo de Peñaranda premiarán al viajero
con uno de los enclaves del Camino más entrañables.
Peñaranda de Duero y Burgos fueron los otros dos municipios que visitamos siguiendo la pista del Cid y obteniendo el correspondiente sello, pero no los únicos; como he escrito en otras ocasiones, la grandeza de un lugar no es tal si lo que le rodea carece de atractivo turístico o interés de cualquier tipo. Pero municipios como Aranda de Duero o La Vid, con hermosos cascos históricos -en el caso del primero- y monasterios de radiante factura y guía -el segundo-, premian al viajero que desee tomarse un descanso literario y descubrir más bondades de la provincia de Burgos, por ejemplo. 

Así luce la panorámica de Peñaranda de Duero desde el castillo.
Burgos, fusión de dos Caminos: el de Santiago
y el del Cid.
Huelga comentar el interés turístico de Burgos, Catedral al frente; más cabe mencionar que el Solar del Cid, Santa Agueda, la Puerta de Santa María, la estatua ecuestre del Cid, el puente de San Pablo y la glera son algunos de los enclaves que aparecen en los hitos cidianos. Confluyen además en la Catedral el Camino del Cid y el de Santiago, maximizando el intercambio de pareceres de los diferentes peregrinajes y favoreciendo un intercambio cultural sin precedentes en cualquier país del mundo. Cabría señalar también el Castillo de Burgos, aunque preferimos hacer alusión al de Peñarando del Duero pues, ya desde la plaza principal del pueblo, asoma majestuoso presidiendo una estampa inmejorable una vez es alcanzado por el viajero. Lugar de paso y vagamente mencionado en el folleto sorprende sin embargo por el poderoso aroma literario que exhala y que alcanza el clímax en el  paseo y la exploración de la mencionada fortificación. 

Burgos es espléndida a pie de intrincadas calles y pasadizos;
soberbia a vista de pájaro.
Tres, sólo tres municipios y unas cuantas líneas en la práctica ocuparon nuestras dos primeras jornadas de Camino (y eso que nos dejamos idílicos emplazamientos como Santo Domingo de Silos). Dos días en los que cambiamos sangre por tinta en las venas, en los que conocimos a entrañables personas con Javier Alonso a la cabeza sabedoras más que muchos autodenominados intelectuales no sólo sobre aventuras y desventuras del Cid, sino sobre la grandeza, importancia y respeto que merecen su legado e impacto sociocultural. Sirva el Camino para redescubrir la belleza de la geografía española, convencernos -y eso que sólo pasamos por Burgos- de que España la hacen sus gentes y patrimonio, y que por eso somos y debemos creerlo y difundirlo una de las naciones más grandes que existen. Aquí la crisis sólo es y debería ser económica, pues dos días después os garantizo que social y culturalmente nadamos en la abundancia... la cuestión es lanzarse al agua.
El responsable e inspirador de la experiencia comanda la Plaza del Mio Cid de Burgos.

otiuMMaximus

- Vivar del Cid, principio de todo.
- Burgos es un recomendable para el turista, un imprescindible para el viajero.
- La excelente organización y diseño del Camino del Cid y, específicamente, de la Ruta del Destierro que nos ocupa.

otiuMMenester

-¿Dónde? El Camino del Cid abarca desde Vivar del Cid hasta Alicante. Puedes comenzar donde quieras pero nosotros recomendamos hacerlo en la provincia de Burgos y, cómodamente y a tu ritmo, ir completando las etapas recogidas en www.caminodelcid.org.
-¿Cuándo? Cualquier época del año es buena para cubrir etapas dada la pluralidad de medios para hacerlo.
-¿Cómo? En coche o motocicleta (por carretera) o bien a pie o en bici (sendero).
-¿Cuánto? Los alojamientos a lo largo del Camino son bastante asequibles, lo que unido a municipios cercanos que no forman parte de la experiencia deriva en una suculenta y atractiva oferta de hoteles, hostales y albergues. Realizar el camino, el Salvoconducto, sellado y demás es absolutamente gratuito.

Jesús Clemente Rubio