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(1/8 Champions) Real Madrid 1 - Manchester City 2: El Madrid besa la lona


En uno de los inviernos más primaverales que se recuerdan, volvió el frío. Y parecía afectar a ambos equipos en sus planteamientos, que eligieron jugar muy juntos, sin apenas dejar espacio, pero en esa pizarra Guardiola siempre será vencedor. Porque mientras el City se apoyaba constantemente en eterna defensa del toque hasta la saciedad –casi parecía querer perder tiempo desde el minuto 1-, el Madrid sólo se encontraba recuperando y atacando por el centro, desterrando las bandas a destellos puntuales de Vinicius que arriesgaba menos que en otras ocasiones y no lograba llegar peligro real a la portería de Ederson.
Sí lo hizo Gabriel Jesús en una jugada casi de pizarra de Pep, con un Real Madrid adelantando líneas invadido por la ansiedad de hacerse con el esférico y una sucesión de pases que dejaban al atacante visitante frente a un Courtois que se hizo gigante. Primer aviso, y no último, del City.

En los siguientes minutos parecía reponerse el Madrid aupado por una afición que rugía y hacía temblar las repletas gradas del Bernabéu, pero se quedaba eso, en simple apariencia. El respeto inicial de ambos equipos, en el que esperaron más el error ajeno que el acierto propio –el encadenamiento de pases errados por parte de ambos equipos fue brutal en algunas jugadas- se convirtió en miedo blanco y valentía celeste, que hasta en dos ocasiones más incomodó al Madrid hasta el final de la primera mitad, donde ya en los dos minutos añadidos –por la sustitución de un lesionado Laporte por Fernandinho. Más que el gol, el público, sabio en ocasiones, esta vez clamaba con absoluto acierto el pito que mandaría a todos a la caseta, como en las escuelas infantiles, “a pensar”.



Tardó más en regresar el cuadro merengue, pero comenzó con idénticos errores y taconazos a destiempo que en los 45 minutos ya jugados. Asumían el papel de palomero en su paciente espera, que impacientaba al aficionado, y en el 54 tuvieron su oportunidad con recuperación de Isco, pase profundo para la velocidad de Vinicius que, esta vez equivocándose, llegaba a la línea de fondo para desperdiciar otro ataque de los locales sin ver portería. Al menos se adivinaba el camino a sacudirse el constante merodeo del City en el área: el zarpazo. Y fue en otra recuperación donde Vinicius, de nuevo Vinicius Jr., ganando la partida esta vez a su par, sirvió para que Isco empujase cuando más sufría el Madrid, cuando más lo necesitaba, cuando menos lo merecía a excepción de un Courtois convertido en MVP del partido.
Siguieron las imprecisiones, demasiadas para la élite, pero el fútbol es gol y el gol, confianza. Ahora las bandas ganaban protagonismo, Valverde las veía, Vinicius e Isco las aprovechaban y Benzemá intentaba, sin éxito, asociarse con todos ellos. Faltaba la conexión para la fluidez y aumentar distancias, aunque al menos se perdían el miedo, el respeto y el dominio inglés. No bastó. Un equipo que parece haber tocado techo en 2019 terminaba de firmar un arranque de 2020 para olvidar dejándose en 15 minutos el partido y quién sabe si la eliminatoria y la temporada. 

Aguas otra vez en la defensa con Carvajal irreconocible y Ramos dejando, una vez más, que le ganen la espalda y la partida... y Gabriel Jesús logra su ansiado gol y el peligroso empate. Si la afición ya miraba el reloj cuando se adelantó el Madrid, con las tablas rogaban que terminase el partido, máxime cuando Ramos vio la roja por cortar posible jugada de gol como último jugador. Pero anoche Europa no escuchó al Madrid. Y De Bruyne, de penalti propio de categorías inferiores, enviaba a los blancos a la lona. Toca levantarse... recibiendo al Barcelona.


Jesús Clemente Rubio