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(Champions, Grupos) Real Madrid 6 - Galatasaray 0: Benzemá y Rodrygo echan al Galatasaray

Bastaron 4 minutos para que un Galatasaray que todavía estaba saliendo del vestuario recibiera el primer gol. Pase a Rodrygo que, lejos de mostrar la voracidad propia de los jóvenes, recorta en el área pequeña hacia la pierna menos buena y cruza el balón donde Muslera no llega. Era el comienzo del festival blanco de Champions.



Con el partido de cara desde el primer minuto es difícil valorar si este Real Madrid es ya el de ediciones pasadas (de la penúltima hacia atrás) de Champions pero, al menos, apunta maneras. Apunta… y sigue apuntando. A los seis minutos quizá el partido no estaba ya sentenciado pero sí las portadas del día siguiente: Rodrygo, de excelente cabezazo a pase de Marcelo (que ofensivamente sigue irreprochable) marcaba el segundo en su (re)debut en Champions y desde la titularidad. 


Diez minutos después, el Bernabéu, que ya era una fiesta, volvió a descorchar y lanzar confeti. Benzemá provoca un penalti que el VAR certifica y Ramos transforma a lo Panenka. Esta vez no repitieron los protagonistas de los dos primeros goles, Marcelo asistiendo y Rodrygo sellando, por lo que crecía el número de jugadores involucrados en lo que presagiaba goleada aún más abultada. 


Tras arrancar como la más vertiginosa montaña rusa, el partido cayó poco después en una absoluta calma de dominio incierto pero de escaso peligro en ambas áreas. Sólo la magia de Hazard despertaba al público de vez en cuando pero el encuentro parecía encaminarse al paso a las casetas parar repasar aciertos locales y errores visitantes. Pero hablamos del Madrid, hablamos de Champions. Y de un Rodrygo desatado que, si no tenía ocasiones para marcar, buscaba las de los compañeros y eso hizo con un pase perfecto a Benzemá para que, a placer, pusiera el cuarto gol justo cuando se cumplía el tiempo reglamentario.

Habíamos mencionado a Hazard, que siguió desbordando y brillando en la segunda mitad pero Valverde protagonizó durante todo el partido una visión, batuta y capacidad de recuperación que aunaba lo mejor de Modric -que saltó al terreno de juego en el ecuador de la segunda parte por Casemiro- y el citado brasileño. Cada vez que enlazaba un par de acciones buenas, el murmullo regresaba a las gradas del Bernabéu cuando no la admiración más explícita.

En un día en el que hasta Mendy hacía caños -había sustituido en la primera mitad a un Marcelo con molestias- era lógico que llegase, al menos, la manita. Lo intentaron todos ya sea de manera individual o colectiva, quizá Hazard fue de los más insistentes, pero su oportunidad pasó con el tercer y último cambio de Zidane que daba entrada a Isco. Pero Benzemá quería también su doblete y tras toparse en un par de ocasiones con Muslera, Carvajal se adentró y sirvió para que el francés aumentase la cuenta goleadora y pusiera la "manita" que despide al Galatasaray de la máxima competición europea. La estocada, del hambriento, del otro prometedor brasileño que al final a desplazado a Vinicius; pase de Benzemá, precioso y medido, y sutil toque de Rodrygo para poner el 5+1.

Sólo un apunte que no es pero pero sí observación más que comentada entre los asistentes: Zidane agotó los cambios con un partido más que encarrilado mientras que en otros que urge sangre nueva o modificar la pizarra la banqueta no se mueve... Ojalá no sea un argumento recurrente aunque, seguro, tardará, pues el Madrid tiene pie y tres cuartos en la siguiente ronda.

Jesús Clemente Rubio