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J20 Real Madrid 2 - Sevilla 0: El Madrid retorna al podio liguero

La noche en la que el Madrid podía haber dado el mismo adiós prematuro de la pasada temporada continuó en la brega ante un Sevilla al que quitó opciones. Si la defensa y el orden primaron en las filas blancas, faltó el hambre del que quiere marcar de cualquier forma. Menos mal que Modric saco a pasear razones por las que se le dio el Balón de Oro y Vinicius Jr siguió aprendiendo y mostrando unas cualidades que, pulidas, devolverán esperanza a la grada blanca. Oiréis hablar del control orientado con el pecho y posterior recorte.


Fue el comienzo el único momento de  titubeo y complejos para el Madrid. El Bernabéu sigue siendo el Bernabéu, claro, pero Sevilla y el resto vienen de talante superior si,además de superarte en la tabla, ven que el guardián del templo posee más carencias que virtudes. Sin embargo, pronto el Madrid activó orden, disciplina en la posición y rapidez en las ayudas para cortar hasta casi la extinción cualquier ofensiva sevillista. La más clara y profunda Courtois, que parece ha recibido perdido el miedo a abandonar la portería, leyó con antelación y blocó en el momento justo.

El resto de la primera parte Modric recuperaba, Modric circulaba, Vinicius se atrevía -la jugada que en la frontal buscó disparo driblando hasta a tres adversarios levantó al madridismo- pero, les va a sonar está cantinela, una y otra vez los de Solari pretendían penetrar el muro sevillista por el centro, con pases cortos y rápidos y hasta la cocina. Desesperación de Benzemá por no recibir ese último pase que él sí da, errores de cálculo de Ceballos y escasos disparos antojaban un inútil empate. 

Pero en la segunda mitad Modric sacó galones repartiendo a una y otra banda ,Ceballos y Vinicius se hartaron de profundidad y apostaron por disparos lejanos y el Madrid empezó a agotar la férrea defensa visitante con acometidas de Reguilón , Carvajal y un Lucas tremendamente activo. El camino lo había marcado la juventud: trallazo de Casemiro desde fuera del área, como nos gusta a los que llevamos viendo fútbol un buen puñado de años, y escuadrón pese a la buena palomita -y roce- del portero. Minutos antes ya había cosechado varias el Madrid y minutos después así continuó, ya con Isco en el campo, hasta que en el 91 Modric obtuvo su recompensa. Cuando todos miran al árbitro y piensan en la ducha, Modric sigue mirando al balón y acaricia mentalmente el gol. He ahí el valor añadido  de un Balón de Oro. 2-0 e importante victoria no para recortar a los de arriba -salvo al propio Sevilla, arrebatándile la tercera posición- sino para tratar de confirmar el cambio de tendencia. Quién sabe, quizá el Madrid hasta gane algún título está temporada.

Jesús Clemente Rubio