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Real Madrid 3 - Wolfsburgo 0 (Champions´16, Cuartos): En Europa, Real

La afición que nunca anima. El crack que sólo golea en las citas intrascendentes. La plantilla carente de intensidad y actitud. El equipo sin aspiraciones. Esta noche todo comentario oportunista, crítica gratuita y hasta la más argumentada han callado, silenciado ante el rugir de la grada y el rugido de CR7. No es la mejor temporada del club blanco y cierto es que a veces parecen no haber querido... pero el conjunto madridista, una noche mágica más en el Bernabéu, tiró de garra, orgullo, entrega y calidad para recordar por qué son los reyes del viejo continente. Por qué Europa es Real.

Remontada con Cristiano poniendo los puntos de apoyo, subiendo el primero y alargando la mano desde arriba para ayudar al equipo a llegar a lo más alto. Con el grandioso apoyo del público, soberano, el otro crack de la noche (ver vídeo al final de estas líneas). Cada balón peleado o carrera y presión blanca, aplaudidos. El Bernabéu aprieta pero nunca ahoga.

El Bernabéu llevó en volandas al equipo.

Quiso el Wolfsburgo esperar al Madrid y la que le esperaba a los alemanes por semejante planteamiento: llegada tras llegada el Real Madrid parecía no acusar ni lamentar las oportunidades, sabedor de que el gol estba al caer. Y cayó del lado merengue y por un error defensivo no forzado del combinado teutón. Donde ninguno atinó a despejar sí Ronaldo, agazapado y astuto, a empujar. Todo ello previa galopada de Carvajal y movimiento entre líneas de Benzemá, los dos mejores del partido junto a CR7.

Dos minutos y Cristiano se erige en el primer palo para rematarla con la cabeza cruzada y al segundo palo. 2-0 y un mundo infernal por delante para el Wolfsburgo... de no hacer lo que hicieron. Dejaron los alemanes de regalar balones despejados y con plausible entereza y seriedad sacaron tocado cada balón, con decenas de certeros pases, no regalando más el balón. Y fueron pasando los minutos y los alemanes centralizando un juego cada vez más interior y peligroso, que traspasó el mero acecho y a punto estuvo de complicar el pase.

Pero daba la sensación de que el Madrid podría con todo. Porque si CR7 funciona, ya haya un Bale desaparecido o un Jesé de recambio algo estancado, el Madrid vence, arrasa, impone. Y de falta y agujero en la barrera por el aura de campeón se consumó la remontada cristiana, la labor de un equipo que se mete por sexta ocasión consecutiva en semifinales de Champions.



Jesús Clemente Rubio