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Taberna Garbel: Bocadillo de nostalgia


En un tiempo donde ni la nostalgia siente ya nostalgia, donde las costumbres y los productos de siempre -los mejores- han sido barridos por vídeos de gatos en Youtube, hay quien cree en los legados. Esta es la historia de Carmen y de su criaturita, Garbel, que a su vez es ya Historia de la mesa madrileña.


Estupendo trabajo de decoración y ambientación el llevado
a cabo por Carmen.
Hablábamos de legados, como el que dejó Don Belarmino García con su bocatería de la calle Infantas, 28, única en el mundo en registrar llenos varios días a la semana con nuestra palabra y producto típico por bandera: el entrepanes, el bocadillo (con permiso del también delicioso pincho de tortilla que servía y sirven). 

Pídete con total tarnquilidad el bocadillo; justifician su nombre y precio.
Sesenta años después, Belarmino se fue pero su huella quedó imborrable; es la manera que tienen los genios de quedarse, aunque se marchen. Porque dos generaciones después su nieta Carmen se ha decidido a reimpulsar el duro trabajo del abuelo, con el máximo respeto al concepto pero también al siglo XXI. Al fin un local de nueva factura se atreve con platos deluxe, modernas mezclas pero también viejas tradiciones, las más difíciles de satisfacer al paladar. Cuchara diariamente diferente, siempre excelente (menuda fabada nos recibió) y bocadillos de élite. Así los llama y así son.

Hasta cuatro ambientes diferentes aseguran tu comodidad
en el amplio local-
Pero Garbel es mucho más, decíamos; es un espacio con tres ambientes que cabalgan entre los brunch bar, los urban food y, volvamos al castellano, lo más elegante de la cocina moderna. El bonus es para el íntimo espacio que se alza a la derecha y que recuerda dónde nos encontramos. En todos ellos, ya sea sentado en silla o sofá o bien de pie ante una barra, degustaremos una variada pero nunca caótica oferta gastronómica, a saber: apasionantes retos como su hamburguesa XXL (con premio para el zampón) o el carro. 

Lo que comenzó como un aperitivo fuera de Carta se ha convertido
en uno de los platos estrella.
Si hay uno que merece la canción de Escobar es éste pues, además de otros postres (ojo al brownie), El Carro -así, con nombre propio- se acercará a tu mesa siempre a la hora del postre para tentarte con las mejores tartas caseras y con fuerte aroma americano, como la Red Velvet o la Carrot Cake. 
Si te resistes al carro, te convertirás en nuestro nuevo héroe.

¿Sabor? Delicioso en todas las etapas. Disfrutamos con los rollitos rellenos de carne y fuera de carta (y, sin embargo, de lo más demandado) y de las croquetas de pulpo así como de jamón. Nos relamimos con los bocadillos, con mención especial al secreto ibérico y al favorito de la casa, el de Roast Beef y morimos de placer con la tarta de zanahoria y el brownie con helado de avellana.

Garbel está llamado a ser el perfecto binomio de la restauración
moderna y tradicional.
Pero, sobre todo, nos sentimos a gusto, cómodos, incluso alegres. Quizá por el impecable servicio quizá por el producto, lo cierto es que sin tener el placer de conocerle sentíamos que volvíamos al Madrid de mediados del siglo XX y que Don Belarmino, sonrisa en boca y bocata en mano, nos daba la bienvenida a un Madrid menos artificial y más humano, menos dinner y gourmet y más taberna. Por eso nos encanta y por eso recomendaremos por los siglos de los siglos, Garbel.

otiuMMaximus

- Perdamos complejos: vayamos a un restaurante a pedir un bocadillo.
- Ojo al pincho de tortilla y a las croquetas.
- Los postres de El Carro, imperdibles.

otiuMMenester

- ¿Dónde? Calle Infantas, 28. www.garbelmadrid.com
- ¿Cuándo? De D a J de 13 a 0:00. V y S de 13 a 2:00.
- ¿Cómo? Aparcar por estas calles es posible, aunque en ocasiones complicado. Parkings hay decenas por los alrededores. En metro, L5 (Chueca).
- ¿Cuánto? Precio medio de Bocadillos Élite 8 euros, platos principales 12 euros y postres 5 euros.


Jesús Clemente Rubio