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Alta Burgersía: Flor y nata de las hamburguesas

Igual que estalló la fiebre del oro y todo aquello que relucía o pintaba dorado se creía el metal precioso, las hamburgueserías han proliferado en los últimos años hasta tal punto que Madrid roza ya la saturación. No basta ya con ofrecer las mejores hamburguesas caseras en entornos que recuerdan bien a los bares perdidos por las carreteras estadounidenses bien a los dinners del mismo país, consumidores y otiuMMadrid exigimos ya un valor añadido. Entonces nos topamos con Alta Burgersía, de pomposo nombre pero cercanísimo trato que nos sorprendió apostando por un contexto más liviano y minimalista en la decoración, con hasta tres ambientes diferentes y una carta donde siendo la estrella la carne entre panes existen suficientes alternativas como para elegir este enclave pegado a Antón Martín como lugar de comida, merienda, cena y hasta copeo. Y aún no os hemos mencionado lo más importante: la carne es la más grande y también la más ligera: 100% ecológica.

Además del comedor principal, existen mesas bajas con sofá en la
entrada y altas y bajas en la terraza.
Escalando la calle Atocha es imposible no cruzarse con decenas de bares, conductores malhumorados, gente con prisa y aires donde el oxígeno brilla por su ausencia. Por eso, de vez en cuando, es bueno desviarse, por ejemplo, a la altura de la Plaza de Matute, 5. Allí una discreta terraza cubierta por un telón negro anuncia que nos hemos adentrado en la flor y nata de las hamburgueserías, "Alta Burgersía", cuando en realidad el nombre obedece a un origen mucho más mundano, jugando con el nombre de una de las socias.


Tranquilo, no faltarán los clásicos entrantes norteamericanos, como
los fingers de pollo o el queso rebozado.
Así es la enésima hamburguesería de la que os vamos a hablar y primera que dispone en TODAS sus hamburguesas (más de una docena) carne 100% ecológica. Y partimos de la esencia porque bien merece toda vuestra atención: no sólo el paladar se sorprenderá de hallar sabor incluso en carnes carentes de sal y aditivos artificiales, es que el estómago lo agradece desde el primer bocado notando que, incluso si eliges el tamaño XL (350 gramos de carne), nunca tendrás la sensación de pesadez con la que te premian otras rebosantes de aceites, grasas y colorantes. Vamos que el origen de la carne no sólo sirve para exhibirlo en una etiqueta, es que realmente el cuerpo lo agradece sin sacrificar el deleite del paladar.

La carta es inmensa... inmensamente proporcional a la calidad.
A partir de aquí, como imaginarás, todo es probar: son tantas las alternativas que siempre habrá alguna que supere vuestras expectativas y otra que os hará desear la hamburguesa de vuestro compañero, al grito de "has acertado". Así nos ocurrió a nosotros: mientras que la Americana se postula como una excelente opción para comer, en la cena nos resultó algo cargante por el huevo, bacon y salsa barbacoa (casera y muy sabrosa, por cierto). Sin embargo, la Bel-Air es una placentera explosión de sabores medidos al detalle para respetar el sabor de la carne aderezándolo con el suave matiz del queso Philadelphia y el punto dulce de la cebolla caramelizada. ¿Que la quieres aún más dulce? Añades la salsa de dátiles, incluida pero servida aparte para que tú elijas, y asunto resuelto. Una docena más de opciones te espera pero, insisto, con la garantía del origen y tratamiento natural de la carne, lo cual es un lujo en estos días.

Las croquetas de trufa (4 en la media ración) nos brindaron
uno de los mejores entrantes que hemos probado en semanas.
Prometí una hamburguesería de variada carta, y de ello hablaré: sandwiches, perritos y gigantescas ensaladas propician que el típico raro del grupo que no gusta de las hamburguesas no arruine la voluntad y ganas del resto de apretarse una. Pero es que si aún así pone pegas siempre le quedarán los entrantes y los platos exóticos: superando también la docena, navegan entre platos dominicanos y sudamericanos, ibéricos y americanos. En nuestro caso mencionaremos en pie y aplaudiendo a las croquetas de trufa: si ha de haber una sugerencia del chef en la carta, debería ser ésta: INCREÍBLES. 
¿Creíste que no hay patatas más allá de las 'Bacon Cheese Fries' de Foster´s? Alta Burgersía
cambiará tu parecer.

Con un rebozado pegado a la mezcla de bechamel y trufa, una suave textura y sabor exquisito. Si eres de los estómagos americanos, y creías que las Bacon & Cheese fries del Foster´s Hollywood eran insuperables, Alta Burgersía da la campanada: las suyas imitan presentación y sabor pero superan en calidades y formas. Sin olvidar los cócteles, chupitos y demás oferta para el gaznate, de la que hablaremos mejor otro día pues merece unas cuantas líneas para los vinos y el maridaje recomendado con cada tipo de hamburguesa.

El crepe es una maravilla pero aviso a los amantes del dulce;
entra solo. ¡No os paséis!
 
Henchidos de buena y ecológica comida y satisfacción, nos fijamos en los postres: tartas de queso o zanahoria, brownie, flan de coco... y crepes. El postre siempre apetecible por su relleno de Nutella pero que a veces castiga la decisión con una masa aceitosa y grasienta. Una vez más, plato liviano. Cinco más nos habríamos comido de lo fácil que cayó el que nos pedimos. Sin pretenderlo en el nombre, Alta Burgersía bien puede mirar por encima del hombro y con desdén a otras supuestas "hamburgueserías caseras" o "restaurantes ecológicos". No lo decimos nosotros, sino nuestros estómagos. Bueno, y los llenos que registran los fines de semana.

otiuMMaximus

- Resulta llamativo que una hamburguesa de 350 gr. (XL) no sea pesada para el estómago. La ecología tiene la culpa.
- La carta es variada y acertada en todas sus vertientes.
- Precios ajustadísimos para las calidades y cantidades ofertadas.

otiuMMenester

-¿Dónde? Alta Burgersía. Plaza de Matute, 5. 91 500 70 92. También a domicilio.
-¿Cuándo? De 12 a 00 salvo V y S hasta las 2:30 y D hasta la 1:30.
-¿Cómo? En la misma calle Atocha puedes aparcar o bien en calles colindantes. En Metro, L 1 (Antón Martín).
-¿Cuánto? Entrantes desde 6,50 euros (media ración) e incluso 8,50 la ración gigante (caso de las patatas fritas con queso y bacon). Hamburguesas por menos de 10 euros (la pequeña) hasta los 17 de la XL. Postres 4,50 euros.

Jesús Clemente Rubio