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Real Madrid 3 Málaga 1: Victoria y derrota blancas

real-madrid-3-malaga-1-golazo-james-lesion-modricSufrió el Barcelona y sufrió el Atlético... por lo que, pese a quien le pese en la grada del Bernabéu, tocaba laboriosa y tensa victoria ante el Málaga. La recta final de temporada es una cuesta arriba en la que si no se despeñan rocas que frenen al equipo son los propios jugadores los que no aguantan el ritmo y dicen basta. Con el Real Madrid 3 Málaga 1, Ancelotti suma y sigue en su camino "no utópico" hacia las 10 victorias de Liga en sendas jornadas restantes pero hay quien dice que pierde más que gana tras el encuentro frente al Málaga: Modric y Bale serán baja para los próximos partidos... y el próximo es la vuelta de cuartos de final de Champions frente al Atlético de Madrid.


James cuajó un partido extraordinario, uniendo líneas, asistiendo y marcando de genial zapatazo.

Si te centras en el resultado final, 3-1, uno pensaría en un desahogo que no existió hasta el gol de Ronaldo rondando el minuto 90. Es la estocada final a un toro malagueño que nunca se rindió, que vio como CR7 fallaba un penalti tras detalles futbolísticos de los que hacen que los niños se enamoren de la pelota, que marcó gol y a punto estuvo de hacer otros en las botas de Juanmi y que embistió una y otra vez desarmando las líneas blancas con Amrabat. Menos mal que esta vez sí apareció el Madrid, y dos paredes y remate final de James para el recuerdo daban un respiro al Real Madrid y rompían el 1-1 que había colocado en el marcador el capitán del Málaga. 


En dudosa posición, Ramos inauguró el marcador
 como mejor sabe; de cabeza.
Se abrió la lata, pues, con dudosa posición y enésimo remate con la testa de Sergio Ramos, y daos cuenta que he rebobinado el partido para situarme al comienzo del mismo. Nunca, salvo en el último minuto del partido, nunca el Real Madrid dio la sensación de llevarse los tres puntos con comodidad, soltura y sin despeinarse James y compañía. Y no fue por desidia o falta de actitud, que quizá asomó pero nunca se instauró entre las filas blancas, sino porque se olvidó parte de la afición blanca -los que todo lo protestan y todo lo celebran- que estamos a siete jornadas para el final, que esto es La Liga, que cada jugador y equipo salta con un plus de motivación al césped del Bernabéu y que los jugadores, y Dios quiera que siempre sea así, no son máquinas, sino humanos hechos de carne y huesos que se rompen. Esta vez fueron Modric y Bale y justo cuando se oían resoplidos de alivio saltaron las alarmas: salvo que James siga espléndido frente a los grandes como frente a los semidioses e Isco reclame su trono, Ancelotti pierde nuevamente su columna vertebral. 

Además de un penalti fallado y un gol, Ronaldo dejó detalles
futbolísticos para el recuerdo.
Si cada partido de cuantos quedan de Liga, como frente al Málaga, os he recordado e insistido en la tamaña empresa que supone afrontarlos obligados a ganar sí o sí y requiriendo por vuestra parte paciencia sabiendo que no hay rival pequeño a estas alturas, en la Champions frente al Atlético de Madrid, con bajas sensibles y un 0-0 en la ida (es decir, uno de los peores escenarios posibles, o el mejor de los peores como dijo Ancelotti) toca recordar algo de Perogrullo: somos el Real Madrid. Reyes de Europa y del Mundo. Y ningún jugador puede justificar y excusar la derrota de todo un equipo, frente a la mejor afición, en el campo de las noches mágicas europeas y en la competición que ha hecho cambiar hasta en diez ocasiones la letra de un cántico.

Jesús Clemente Rubio