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Real Madrid 1 Liverpool 0: Las estrellas también brillan en España

Cristiano no alcanzó a Raúl, por ahora. El Madrid no repitió goleada por primera vez en una docena de partidos. Da igual. La afición blanca fue la que nunca dejó caminar solo al Real Madrid, y le acompañó en su paseo entre las filas de titulares y suplentes del Liverpool. Porque cuando una moldea la identidad que siempre tuvo, cuando uno roza la perfección en partidos y resultados, puede permitirse ser humano. Este Madrid pecó de ansiedad por el "cuanto más, mejor" pero siempre es preferible pasarse de ambición que quedarse corto. Es la única manera de que, pase lo que pase, al final se gane, aunque sea por la mínima.

El récord de Raúl tendrá que esperar, a no ser que a Messi se le ocurra hacer un hat-trick, cosa perfectamente factible pese a los oportunistas que ahora critican al Barcelona. Pero en lo que respecta a Cristiano, lo intentó de todas las maneras posibles. Fiel reflejo de lo que ha logrado el Madrid de Ancelotti en un puñado de meses: no solo definir su identidad sino en multitud de ocasiones adoptarla y, en casos como los de hoy que no "termina de", al menos quedarse cerca. 


Esa pequeña distancia entre intentarlo y lograrlo la marcaron los goles, no así el juego: la primera parte fue un manjar de pases cortos, triangulaciones en espacios pequeños y paredes Benzemá-Cristiano Cristiano-Isco Isco-Marcelo y así todas las combinaciones posibles hasta que, en una de ellas, magnífica y bella desde todos los ángulos, llegó el único tanto del partido: Isco sirve en otra genialidad a Marcelo que, escorado, coloca el balón más allá de defensas y portero donde sólo un delantero con olfato, da igual si falso o real, llegaría. Y apareció Benzemá, que ya no solo asiste y se lleva defensas, sino que también graba a fuego entre sus rasgos principales el marcar goles.

El resto del partido, salvo un par de jugadas iniciadas por Yayá y alguna internada sin peligro de Mikovic, fue la misma cantinela: puro fútbol vertical (hay otros, pero para mí éste debería ser el único) que en tres o cuatro pases conduce el balón a través de las tres líneas hasta el remate final. El cañón estaba engrasado, pero desviado. Así que por más que arremetieron los blancos contra la portería contraria, el gol no llegó. Y en la segunda empeoró, ya que los de Ancelotti renunciaron a una cualidad que ha hecho, irónicamente, mucho más mordaz sus ataques: la paciencia. Casi a trompicones se finalizaban algunas jugadas trazadas al dedillo que se aceleraban cegadas por el gol en los últimos metros.

Nota mental para Ancelotti y el resto: ser el equipo más rápido del mundo en las contras y más vertical en el desarrollo del partido no está reñido con saber contar hasta diez para descubrir las debilidades del contrario, aprovechar espacios, colarse por los huecos. El caso es que impaciente y humano, el Real Madrid sigue primero de su grupo con 12 puntos de 12 posibles. Mientras que Isco, cada día, es menos humano y más galáctico. A ver si entiende el club blanco que las estrellas también brilla en España.

otiuMMenester

- La afición aplaudió a Steven Gerrard a su entrada al campo. En el Bernabéu se valora la trayectoria de una leyenda viva.
- El Real Madrid es primero de grupo y está matemáticamente clasificado con 12 puntos de 12 posibles. El Atlético de Madrid también venció 0-2 al Malmö sueco e igualmente comanda con 9 puntos.


Jesús Clemente Rubio