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Desclasificados: Periodistas politizados y políticos periodísticos


Hoy día la diligencia periodística esta muy discutida y, reconozcámoslo, es de hecho más discutible que nunca. Pero de vez en cuando surge una profesional dispuesta a darlo todo en nombre de la verdad, aunque ello suponga cargarse a la, quizá, mejor administración que haya tenido este país. Algo que, claro, no están dispuestos a permitir ni el secretario de Prensa del Gobierno ni el propio presidente. Alicia Borrachero se enfrenta a Jordi Rebellón y Joaquín Climent en "Desclasificados", el thriller político que reafirma los valores y el buen hacer del teatro español.


Tres actores, un sólo decorado y una trama tejida por Pere Riera -autor y director- con un argumento que comienza accesible para todos y, una vez enganchado y metido de lleno el espectador, se especializa en la trastienda del poder más absoluto y también del más corrupto. De forma que el punto de partida es sencillo: Silvia, una periodista de cierto renombre, está a pocos minutos de la entrevista de su vida, no tanto por el entrevistado -el mismísimo presidente del Gobierno- sino por los asuntos a tratar, algunos de ellos de carácter más personal que profesional. Así opina al menos Cáceres, secretario de Prensa del Ejecutivo, quien considera el buen hacer de la actual administración por encima de males menores.


Borrachero y Climent se lucen en su particular duelo periodista-presidente.
Acuciados por la inminente entrevista, él y su jefe, un Climent sublime en el papel de halagador y cercano jefe de Gobierno pero con un reverso tenebroso, ponen en juego intrincadas situaciones para desmoronar la labor periodística de la informadora. Personaje, dicho sea de paso, que ya le venía al dedo en "Periodistas" a Borrachero pero que en esta ocasión alcanza máximas cotas con una, bajo la opinión de este humilde servidor, perfecta interpretación. Sin las pequeñas fisuras que deja en los primeros compases Rebellón al que le cuesta unas líneas coger el ritmo narrativo. 3 minutos regulares para 85 geniales bien merecen la pena, claro.

Prepárate para sentir indignación, pena, lástima, impotencia, resignación y un constante vaivén entre lo justo para uno y lo correcto para todos, el bien individual a costa del mal colectivo o viceversa. En resumen, prepárate para afrontar la difícil tarea de ser un informador de prestigio o el mismísimo presidente del Gobierno. Porque os diré una cosa: cuando topamos con personas que realmente desempeñan bien dichas funciones, no logramos ver cuán ardua es la tarea que esconden sus cargos. En hora y media Pere Riera os lo cuenta con la ayuda de tres excelentes actores y una idea secundaria que no sé si me hace reír o llorar: políticos y periodistas somos cara A y B de la misma cinta.

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- Si algún desafortunado día Borrachero decide no ser acriz, siempre puede ser periodista.
- El dúo Climent-Rebellón agota a la periodista tanto como divierte al público.
- Una pena tanta butaca vacía. Seguro que luego los monólogos llenan y no son ni la mitad de ricos que el guión de Riera.

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-¿Dónde? Teatro Bellas Artes. Calle Marqués Casa de Riera, 2. 28014, Madrid. www.teatrobellasartes.es

-¿Cuándo? X, J y V a las 20:30 horas. S a las 19:30 y a las 22 horas. D a las 19:30 horas. Hasta el 27 de octubre.
-¿Cómo? Pegado al Círculo de Bellas Artes, así que piensa en Metro (L2 Banco de España o Sevilla y L5 Gran Vía) o bien en aparcamiento de pago. También puedes intentar en las colindantes.
-¿Cuánto? Entre 16 y 25 euros. Echa un vistazo a los portales de descuento por si hubiera alguna oferta.



Jesús Clemente Rubio